Voy a estar un tiempo sin poder actualizar ya que me voy de vacaciones, así que os dejo esta interesante entrada para que practiquéis en este tiempo.
Ejercicios de telepatía
¿Has imaginados alguna vez como sería todo si pudieras comunicarte telepáticamente con alguien? Pues ahora eso es posible siguiendo este sencillos ejercicios.
1-.Este ejercicio puede realizarse con dos o más personas. La elegida como emisor conduce a los receptores a un viaje imaginario. Y declara en voz alta:
-Voy a llevarles de compras. O bien: -Voy a conducirles a un lugar de mi agrado.
Entonces, el agente pronuncia unos párrafos, dejando una descripción en blanco, para que los receptores la llenen cuando reciban el mensaje telepático. Por ejemplo:
-Voy a entrar en cierto tipo de tienda. Al entrar: aspiro en particular la fragancia que parece inundar el local. Voy a experimentar esta fragancia y a comunicársela a ustedes. Utilicen sus sentidos conmigo y describan, sin comunicarse ustedes entre sí, la fragancia que aspiran y que yo intento hacerles llegar. O también:
-Ahora deambulo por la tienda. Cierto artículo capta mi atención; su color me impresiona, y lo toco. Ahora voy a comunicarles que es a través del color, y la trama que estoy experimentando.
“Desplieguen la vista y el sentido del tacto y compartan mi experiencia. Como antes, y sin comunicarse entre ustedes, escriban sus impresiones”.
Este ejercicio puede proseguir hasta la inclusión de diez experimentos distintos en el imaginario recorrido. En cada experiencia, el lector o receptor intentara poner en juego el mayor número posibles de sentidos corporales.
1-.Este ejercicio puede realizarse con dos o más personas. La elegida como emisor conduce a los receptores a un viaje imaginario. Y declara en voz alta:
-Voy a llevarles de compras. O bien: -Voy a conducirles a un lugar de mi agrado.
Entonces, el agente pronuncia unos párrafos, dejando una descripción en blanco, para que los receptores la llenen cuando reciban el mensaje telepático. Por ejemplo:
-Voy a entrar en cierto tipo de tienda. Al entrar: aspiro en particular la fragancia que parece inundar el local. Voy a experimentar esta fragancia y a comunicársela a ustedes. Utilicen sus sentidos conmigo y describan, sin comunicarse ustedes entre sí, la fragancia que aspiran y que yo intento hacerles llegar. O también:
-Ahora deambulo por la tienda. Cierto artículo capta mi atención; su color me impresiona, y lo toco. Ahora voy a comunicarles que es a través del color, y la trama que estoy experimentando.
“Desplieguen la vista y el sentido del tacto y compartan mi experiencia. Como antes, y sin comunicarse entre ustedes, escriban sus impresiones”.
Este ejercicio puede proseguir hasta la inclusión de diez experimentos distintos en el imaginario recorrido. En cada experiencia, el lector o receptor intentara poner en juego el mayor número posibles de sentidos corporales.
2-. Este ejercicio también puede realizarse con dos o más personas, que pueden hallarse en la misma habitación o estar físicamente lejos del emisor. El ejercicio se refiere a la comunicación telepática de un dibujo o un boceto, que el receptor deberá imitar.
Al principio, pueden utilizarse figuras geométricas sencillas. Y también objetos fáciles, como una copa, un platillo o una casa dibujada al estilo infantil. Lo interesante es que el receptor copies lo mejor posible el dibujo que el emisor está haciendo y comunicando. A medida que vaya en aumento la eficiencia, pueden utilizarse dibujos más complicados. Por ejemplo, en lugar de dibujar una casa al estilo infantil, el emisor puede añadir varias ventanas, árboles en torno a la casa, o una puerta especial. El éxito del experimento vendrá determinado por la fidelidad del dibujo del receptor al del emisor.
3-. Para este ejercicio se necesita una baraja de naipes ordinarios. Una vez barajadas y cortadas las cartas, el agente coge la de encima e intenta enviar al receptor o receptores el número y el palo de la carta elegida. Aquí también hay que dar cabida a los sentidos.
Mediante la experimentación, se ha descubierto que la gente tiene más impresión de ligereza con el color rojo que con el blanco. Asi, el receptor puede distinguir entre ambos colores intuyendo la ligereza o pesadez de la carta.
En la determinación del palo del naipe se ha demostrado que los corazones y los tréboles se sienten como trébol por el grado de pesadez asociado a la forma redonda. Ya es sabido que los corazones son rojos, mientras que los tréboles son negros. Los diamantes y los picos se sienten como objetos puntiagudos, con una sensación de agudeza. En este caso, también el grado de otro palo, pues los diamantes son rojos y los picos son negros. La parte anterior de un naipe se siente con una sensación de plenitud.
Una vez el receptor ha decidido cual es la cara de una carta, solo necesita efectuar el ejercicio antes menciocionado para distinguir el palo. Se sugiere que este ejercicio se lleve a cabo con las 52 cartas. Si los participantes no tienen tiempo de tirar toda la baraja, habrá que repartirla en dos pilas: una para las cartas ya enviadas y colocadas en el orden de su aparición, y la otra para las cartas no vistas, que se colocará al lado, sin alterar el orden de los naipes ni mirarlos para saber su puesto en la baraja. No puede realizarse la comprobación de la comunicación telepática hasta haber sido usadas las 52 cartas. Entonces, puede considerarse el porcentaje de cualquier acierto conseguido (el rey de corazones), como de 1 a 52. Y para dos o más aciertos se hará el cálculo de acuerdo con esta base de casualidades.
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Al principio, pueden utilizarse figuras geométricas sencillas. Y también objetos fáciles, como una copa, un platillo o una casa dibujada al estilo infantil. Lo interesante es que el receptor copies lo mejor posible el dibujo que el emisor está haciendo y comunicando. A medida que vaya en aumento la eficiencia, pueden utilizarse dibujos más complicados. Por ejemplo, en lugar de dibujar una casa al estilo infantil, el emisor puede añadir varias ventanas, árboles en torno a la casa, o una puerta especial. El éxito del experimento vendrá determinado por la fidelidad del dibujo del receptor al del emisor.
3-. Para este ejercicio se necesita una baraja de naipes ordinarios. Una vez barajadas y cortadas las cartas, el agente coge la de encima e intenta enviar al receptor o receptores el número y el palo de la carta elegida. Aquí también hay que dar cabida a los sentidos.
Mediante la experimentación, se ha descubierto que la gente tiene más impresión de ligereza con el color rojo que con el blanco. Asi, el receptor puede distinguir entre ambos colores intuyendo la ligereza o pesadez de la carta.
En la determinación del palo del naipe se ha demostrado que los corazones y los tréboles se sienten como trébol por el grado de pesadez asociado a la forma redonda. Ya es sabido que los corazones son rojos, mientras que los tréboles son negros. Los diamantes y los picos se sienten como objetos puntiagudos, con una sensación de agudeza. En este caso, también el grado de otro palo, pues los diamantes son rojos y los picos son negros. La parte anterior de un naipe se siente con una sensación de plenitud.
Una vez el receptor ha decidido cual es la cara de una carta, solo necesita efectuar el ejercicio antes menciocionado para distinguir el palo. Se sugiere que este ejercicio se lleve a cabo con las 52 cartas. Si los participantes no tienen tiempo de tirar toda la baraja, habrá que repartirla en dos pilas: una para las cartas ya enviadas y colocadas en el orden de su aparición, y la otra para las cartas no vistas, que se colocará al lado, sin alterar el orden de los naipes ni mirarlos para saber su puesto en la baraja. No puede realizarse la comprobación de la comunicación telepática hasta haber sido usadas las 52 cartas. Entonces, puede considerarse el porcentaje de cualquier acierto conseguido (el rey de corazones), como de 1 a 52. Y para dos o más aciertos se hará el cálculo de acuerdo con esta base de casualidades.
